sábado, 24 de febrero de 2024

La etiqueta no es el talle.

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La etiqueta no es el talle

Lees en la vidriera “SALE” “Oferta” “Liquidación” y entras emocionada al negocio; vas derechito para el perchero de los vestidos; y sí… ahí está… como esperándote: el vestidito negro, el Little black dress que tanto recomiendan tener y que a vos te viene haciendo falta desde hace tanto tiempo! El último que queda. Miras la etiqueta:“Large”... ¡Tu talle! ¡Tu día de suerte! 

Sentís tu corazón latir más rápido, tomás el vestido con percha y todo, entrás decidida al probador y… Te queda chico... ¡Qué bajón! Entonces te decís: pero, si no engordé… si de esa marca siempre llevo “Large”… ¿Será que me cambió el cuerpo, como decían las abuelas?

Vestido en mano, te acercás a una vendedora y le planteas tu situación entre indignada y decepcionada. La mujer te explica que los vestidos salieron mal etiquetados de fábrica, pues alguien, sin cuidado, los marcó mal y nadie supervisó este trabajo.. Por eso están de oferta. El vestidito, en realidad, es “Medium” y es el último de ese modelo, no hay chance de que haya otro para probar.

 Sentís bronca, pero también cierto alivio: No sos vos; es que la etiqueta, no era el talle verdadero y te quedas pensando…

¿Será



que te pasó en la infancia o en la adolescencia, que te etiquetaron como la lenta, la egoísta o tal vez que con ese carácter no ibas a tener novio; que eras linda pero antipática o tímida y que así no ibas a tener amigos…?

Sí, es así, te etiquetaron con la visión y las expectativas de otros. Te pusieron rótulos que te incomodaron, te ajustaron, te reprimieron y como no te conocías a ti misma, no conocías el mundo porque eras chica, no pudiste reclamar por la etiqueta como hiciste con el vestidito negro.

Y así te quedaste, con una imagen que no te hace feliz, que te tira para atrás. Lo bueno, es que Pero hoy, te diste cuenta de que no eres tu; son las etiquetas que no coinciden con tu talle; tu talle de persona que quiere una vida más feliz, de trabajadora que sueña con otras posibilidades, de mamá que quiere afirmarse en su rol, de amiga que busca relaciones más sanas o de pareja que quiere sentirse bien tratada…


jueves, 8 de febrero de 2024











MI DECLARACIÓN DE AUTOESTIMA

Virginia Satir

“Yo soy yo.

En el mundo entero no hay nadie que sea exactamente como yo.

Hay personas que se parecen a mí, pero nadie llega a ser exactamente como yo. Por tanto, todo lo que sale de mí es auténticamente mío porque yo sola lo elegí.

Soy dueña de todo lo que me constituye: mi cuerpo y todo lo que él hace, mi mente y todos sus pensamientos e ideas, mis ojos y también las imágenes que ellos ven, mis sentimientos, sean los que sean (enfado, júbilo, frustración, amor, desilusión, entusiasmo); mi boca y todas las palabras que de ella salen (corteses, dulces o ásperas, correctas o incorrectas), mi voz, áspera o suave, y todos mis actos, sean hacia otros o hacia mí misma.

Soy dueña de mis propias fantasías, sueños, esperanzas y miedos. Son míos todos mis triunfos y mis éxitos, mis fallos y mis errores.

Como soy dueña de todo lo que hay en mí, entonces puedo relacionarme íntimamente conmigo misma. Al hacerlo, puedo amarme y ser amiga de todo lo que hay en mí. Entonces puedo trabajar en mí, sin reserva, para mi mayor interés.

Sé que en mí hay aspectos que no entiendo, y otros que desconozco, pero mientras me acepte y me quiera tal y como soy, puedo, con ánimo valiente y esperanzado, buscar las soluciones a todos los enigmas y la manera de saber más cosas sobre mí misma.

Todo lo que miro y digo, cualquier cosa que expreso y hago, y todo aquello que pienso y siento en un momento dado, todo esto soy yo. Todo ello es auténtico y representa el instante en el que me encuentro en ese preciso momento.

Cuando más adelante recuerde qué aspecto tenía y cómo hablaba, lo que decía y lo que hacía, cómo pensaba y sentía, algunas partes de mí pueden parecerme fuera de lugar. Entonces puedo descartar lo que no me sirve y conservar lo que me parezca adecuado, y crear algo nuevo que reemplace a lo que he descartado.

Soy dueña de mí misma, y por lo tanto puedo construirme.

Yo soy yo, y estoy bien tal y como soy”.

Virginia Satir